¿Qué es Minga? ¿Qué significado tiene en el
país?
Solos no podemos…
Minga, como legado de la cultura de
nuestros pueblos indígenas, afrocolombianos y campesinos, es un trabajo
colectivo; implica el ejercicio de aunar esfuerzos hacia un propósito común,
juntarse para ser más. Es un aprendizaje continuo y colectivo; es una
metodología de reconocimiento del otro y la otra, de nuestras diferencias y más
allá de ellas los propósitos que nos unen. Minga ha significado, en medio del
contexto y de la historia de desigualdad social, exclusión, explotación, guerra
y persecución contra los sectores populares, una posibilidad para el
reencuentro, para conocernos y reconocernos, para reconstruirnos, para ser
nuevamente y demostrar que la realidad se puede cambiar.
Minga es la herencia de 521 años de
resistencia, de 203 años de lucha, de más de 20 años de organización social y
popular para la transformación y la liberación.
¿Quién y por qué se piensa la Minga Juvenil
Nacional?
Organizaciones juveniles y estudiantiles se
dan cita en el mes de Julio del 2009 en la V Jornada Nacional de Vivencias
Campesinas e Indígenas realizada en el departamento del Cauca,
la cual es un proceso de intercambio experiencias, procesos, realidades, saberes
y conocimientos que se desarrolla cada año (durante dos semanas) en territorios
rurales campesinos e indígenas del Cauca, Chocó, Huila, Nariño, Sur de Bolívar
y otras regiones del país para acercarse a la realidad
del campo colombiano teniendo un relacionamiento directo con las comunidades de
base del CRIC, ACIN, ANUC-UR, CNA organizaciones que han liderado el procesos
históricos como la Minga de Resistencia Social y Comunitaria y el Congreso de
Los Pueblos.
Durante este espacio de encuentro, debate y
aprendizaje que culmino en la fase de evaluación de las vivencias en el
territorio de convivencia y dialogo de La María Piendamó; se empezó a discutir
a fondo sobre el proceso de resistencia y unidad que venía impulsando la Minga
de Resistencia Social y Comunitaria por todo el país, compartiendo la palabra
con algunos de sus voceros y lideres.
Esos días de encuentro y trabajo colectivo fueron
de vital importancia para discutir a fondo la situación del país: la vergonzosa
e indignante situación de la juventud que viene siendo asesinada por el estado
a través de ejecuciones extrajudiciales mal llamadas “falsos positivos”; la
crisis de la educación pública y de la universidad, privatizada progresivamente
con las leyes del gobierno nacional y en donde los estudiantes vienen siendo
estigmatizados y criminalizados por defender sus derechos; la difícil situación
de las comunidades campesinas indígenas y afrodescendientes fuertemente
golpeadas por las leyes del despojo y por la violencia estatal y para-estatal a
favor de los intereses multinacionales y monopólicos; y la increíble situación
de DDHH que se vive a nivel general en Colombia.
Así mismo se discutió sobre el papel del
movimiento juvenil y del movimiento estudiantil en la Minga de Resistencia
Social y Comunitaria como proceso legítimo y esperanzador del movimiento social
colombiano que se opuso al modelo de despojo, destrucción y violación de
nuestros derechos y nuestra soberanía como pueblo. En este contexto es que se decide avanzar
con la dignidad en alto en el proceso de Unidad del movimiento juvenil y
estudiantil colombiano para participar conjuntamente en el proceso de la Minga
de Resistencia Social y Comunitaria; por este motivo se decide dar creación a
la MINGA JUVENIL NACIONAL como un ejercicio de compromiso para caminar la
palabra juntos, unir las luchas y las voces en Minga por la conquista de
nuestros derechos y propósitos comunes orientados hacia el cambio social.
Carácter
de la Minga Juvenil Nacional.
Nuestro propósito común: construir un país
para la vida digna.
La Minga Juvenil Nacional es un proceso de
unidad, convergencia y construcción
colectiva de diversos procesos de organización juvenil y estudiantil (urbanos,
rurales y universitarios) de varias regiones del país, comprometidos con las
justas luchas sociales y populares, en la búsqueda de un mejor país y la
reivindicación permanente de los
derechos a través de la organización, la
unidad en la práctica y la movilización social.
Somos defensores de la vida, el territorio
y los procesos organizativos; construimos organización social, juvenil,
estudiantil desde nuestros territorios y procesos por la reivindicación y
exigencia de nuestros derechos; hoy negados o violados por el estado y el
modelo de económico de muerte que nos han impuesto. Reivindicamos al joven como un sujeto
político capaz de crear, proponer, construir,
transformar, de tomar decisiones y de rebelarse contra las
injusticias, la imposición ideológica, política y la
estigmatización que el sistema y el estado mantienen contra la juventud.
Avanzamos con la dignidad en alto en el
proceso de Unidad del movimiento juvenil y estudiantil colombiano y de los
sectores sociales populares y comunitarios; participando y contribuyendo en el
Congreso de Los Pueblos; comprometiéndonos a caminar la palabra y a unir
nuestras luchas y nuestras voces en Minga por la conquista de nuestros sueños y
propósitos comunes orientados hacia el cambio social.
¿Cuáles han sido los logros de la Minga Juvenil
Nacional?
Empezamos
a retomar un legado de luchas del pueblo colombiano.
Un
primer aprendizaje: Caminar la Palabra.
Hacia el 2009 emprendimos este camino de
articulación de nuestras organizaciones juveniles y estudiantiles, con el firme
propósito de no ser ajenos a la realidad de nuestro país; a su historia de desigualdad,
guerra e injusticia. Pero tampoco podíamos ser ajenos a las luchas que se han
dado en nuestro territorio por la justicia, por la paz y por una vida realmente
digna para quienes habitamos este país.
Por eso nos reconocemos como semillas que germinaron
de la Minga de Resistencia Social y Comunitaria. Somos herencia de las luchas
de campesinos, indígenas, afrodescendientes y pobladores urbanos por otras realidades, por la esperanza, por
el pan y por la tierra. Empezar este proceso implicó para nosotros
y nosotras aprender a Caminar la Palabra, una metodología de construcción que
nos llevó de nuevo –con una nueva mirada- a nuestros territorios, a nuestros
procesos organizativos, a nuestras bases para encontrarnos, reencontrarnos y
reconocernos, para fortalecer ese legado, esa herencia, y levantar nuevamente las
banderas de lucha por una Vida Digna.
No
somos todxs, no estamos todxs.
Segundo
aprendizaje: Movilizar el pensamiento.
Empezamos nuestra construcción y, con ello,
a preguntarnos ¿Cómo llevar nuestro mensaje a más gente? ¿Cómo masificar
nuestras propuestas? ¿Cómo llevarlas a quienes no están organizados ni
organizadas? Aquí, encontramos en la movilización social y popular una
herramienta que nos mostró y nos sigue demostrando que es posible llegar a
mucha más gente, que es posible ser con otros y otras, que podemos ser opinión
en el país, que indignados e indignadas podemos arrebatarles a los despojadores
lo que nos pertenece. Aprendimos que no somos todxs, que no
estamos todxs, y por ello la movilización del pensamiento mantiene su vigencia
en la construcción del movimiento social y popular colombiano.
Es
necesaria una propuesta de país desde la juventud.
Tercer
aprendizaje: Mandatar el país que queremos.
La realidad de nuestro país, nos ha venido
demostrando, poco a poco, a los y las jóvenes, que quienes hacen las leyes las
hacen para sus propios beneficios. Dicho de otra manera, el poder del estado
que legisla, lo hace de espaldas a los intereses y necesidades verdaderas del
pueblo Colombiano. Frente a este panorama, los pueblos
decidimos empezar un ejercicio de construcción de nuestra propia legislación,
una popular, que nos condujera a tener una propuesta de país para la vida
digna; pensada para los pueblos. El Mandato, como ejercicio adelantado por
el Congreso de Los Pueblos, es un ejercicio y una metodología propia de
construcción de lo que queremos. En un principio creímos que era tan sólo los
acumulados de nuestras luchas; es decir, puntos programáticos.
Pero el
ejercicio de mandatar implicaba muchas más cosas, principalmente una
metodología radicalmente diferente de construcción de propuestas políticas.
Mandatar se convirtió entonces en un ejercicio de las bases populares, desde
las bases mismas y para el pueblo mismo en su conjunto; mandatar se convirtió
en un nuevo ejercicio de construcción política desde las bases.
En medio de este ejercicio nacional por
parte de diversas organizaciones sociales y populares, como juventud organizada
en Minga nos reunimos a juntar nuestras propuestas, para tener una mirada del
país que queremos y nos pensamos las y los jóvenes. Es así que nuestra
participación dentro de la sesión de instalación del Congreso de los Pueblos estuvo
marcada por la construcción del Mandato juvenil; de nuestra propuesta, la de la
juventud organizada, de un país para la vida digna.
La
juventud de América lucha en un solo grito de rebeldía.
Cuarto
aprendizaje: La Unidad Latinoamericana.
Este caminar ha sido también de
encontrarnos con muchos y muchas como nosotras. No sólo a nivel nacional, sino
también a nivel internacional. Hemos aprendido en estos años de construcción de
nuestro proceso a reconocer en el capitalismo un enemigo directo de los
intereses de los pueblos del mundo. Por esto para nosotros y nosotras la lucha
internacional, el internacionalismo, se convierte en una importante tarea a
desarrollar. Reconocer las mismas problemáticas en otros
territorios, encontrarnos con la juventud organizada de otros países que
también, como nosotros y nosotras, construyen alternativas desde abajo y de la
mano con los movimientos sociales nos ha demostrado que es necesaria la unidad
de la juventud y el estudiantado que luchamos por alternativas para nuestros
pueblos.
El Primer Encuentro Internacional Juvenil,
que realizamos junto a la CONCLAEA (Confederación Caribeña y Latinoamericana de
Estudiantes de Agronomía) y la CLOC – Vía
Campesina (Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo) nos
enseño a recoger pasos andados por procesos hermanos pero también a recorrer
nuevos, y también ya transitados, caminos para proyectar escenarios de
encuentro y unidad en el continente.
Construyamos
de lo local a lo regional, de lo regional a lo nacional.
Quinto
aprendizaje: Encuentros Regionales.
Caminar la palabra y movilizar el
pensamiento se convirtió, poco a poco, en una metodología que marcaría una
metodología propia de nuestra construcción que para nosotros se traduce en su
prioridad a la hora de construir consecuentemente con nuestros procesos. Partir
de nuestras realidades concretas, de nuestros procesos, de nuestras apuestas
para alimentar y potenciar propuestas en escenarios junto a otros y otras se
convierte hoy día en una tarea fundamental dentro de la construcción de la
Minga Juvenil Nacional. Construir desde las regiones, a partir de
encuentros entre las colectividades nos ha permitido ampliar nuestras visiones,
conocer nuevos territorios, nuevos procesos mingueros, nuevos corazones y
fortalecer nuestro proceso con diversas miradas y propuestas. Construir de lo local a lo regional, y de
allí a lo nacional nos ha permitido fortalecer y apropiarnos de una dinámica
integral de construcción de este proceso de articulación.
Una
apuesta política cualificada.
Sexto
aprendizaje: Nuestra Plataforma Política.
Luego de 4 años de construcción nacional,
hemos avanzado en madurar discusiones y visiones sobre el quehacer de la
juventud, de nosotros y nosotras organizadas en la Minga Juvenil Nacional, y
nos hemos retado a dar un salto cualitativo en nuestro proceso, claro está
impulsado con mucha fuerza desde las regiones. Ese salto cualitativo se tradujo
para nosotros y nosotras en la necesidad de recoger los acumulados,
experiencias, enseñanzas, aciertos, errores, alegrías y preocupaciones que
surgieron durante estos años para empezar a construir un horizonte estratégico
que pudiese potenciar nuestra práctica y encauzar nuestras luchas en un
propósito común.
Tras varios meses de reflexiones,
discusiones, talleres y sistematizaciones en los procesos, en las regiones, en
equipos de trabajo nos encontramos nuevamente a nivel nacional para discutir
sobre ese horizonte estratégico que nos ayudaría a encaminar nuestros esfuerzos
colectivos en un propósito común. Para nosotros ese propósito común se traduce
en la lucha, organizada y desde abajo, por: recuperar nuestra identidad y
cultura, la desmilitarización de nuestras vidas, la recuperación de la tierra y
el territorio, una educación para la transformación, un trabajo digno, una
comunicación alternativa y popular, por la libertad sexual de nuestros cuerpos,
el feminismo de clase, la lucha internacional, la construcción de Poder y la
defensa de lo público.
Esta plataforma nos ha hecho comprender de
una manera más integral el papel que debemos desarrollar como jóvenes dentro
del movimiento social, el campo, la ciudad, el barrio la universidad y gracias
a ella hemos abierto nuevamente una posibilidad de dialogar con otros y otras,
prescindiendo lo que nos divide e insistiendo en lo que nos une.
Acerquemos
nuestras propuestas.
Séptimo
aprendizaje: La Unidad del Movimiento Juvenil.
“…aquí está una de las tareas de la
juventud:
empujar, dirigir, con el ejemplo la
producción del hombre del mañana.
Y en esta producción, en esta dirección,
está comprendida la producción de sí
mismos…”
Che.
Durante estos años hemos aprendido a ser
nosotros y nosotras, pero es inevitable, y no puede dejar de ser para nosotros
y nosotras importante, reconocer hermanos y hermanas, jóvenes, que también construyen
un país para la vida digna. Hemos caminado estos años juntos y juntas, quizás con
timidez, paso a paso, en nuestros tiempos para conocernos, reconocernos y
encontrarnos en la diversidad de propuestas. Hoy, junto al Tejido Juvenil Transformando
la Sociedad (Tejuntas) y la Asociación Nacional de Jóvenes Estudiantes de
Colombia (Anjeco) hemos dado un paso hacia un reconocimiento más sensato de
cara a las necesidades del movimiento social colombiano. El momento por el que
atraviesa el país exige de nosotros el encuentro y por ello hemos decidido
caminar juntos y juntas hacia la proyección de espacios de unidad de la
juventud colombiana para potenciar la propuesta política de la juventud, encontrarnos
en la movilización y construir un movimiento juvenil a partir de la
articulación, la movilización y el trabajo de base que logre ser motor de
cambio para nuestro país.
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